entrevista de trabajo

No hay dos entrevistas de trabajo iguales, pero sí sabemos cuáles son las preguntas que con más frecuencia se encuentran los candidatos a cubrir un puesto. En este post te mostramos algunas de ellas, y cómo salir airoso sin caer en esas trampas que tanto gustan a los responsables de recursos humanos.

“Háblame un poco de ti”: un clásico de las entrevistas de trabajo, a la que muchas veces reaccionamos contando toda nuestra vida… Error. Hay que contestar de forma breve y concisa, exponiendo en qué momento profesional te encuentras, y lo que has aprendido en experiencias laborales anteriores -si las hubiera- para a continuación dejar claro lo importante que es para ti el trabajo al que aspiras.

“¿Qué te gusta de tu actual trabajo?” Otra típica ‘pregunta trampa’. Lo que en realidad quiere saber el entrevistador es por qué querrías cambiar de empleo si estás contento con el que tienes ahora. Pero lo normal es que la gente busque otro trabajo porque no está conforme con el actual. Y aquí viene la trampa: la reacción más lógica del entrevistado es hablar mal de su empresa o sus compañeros. No caigas en ese error, porque el entrevistador interpretará que eso mismo podrás hacer en tu futura empresa. Es mejor responder algo así: “Mi trabajo actual me procura estabilidad, y el ambiente laboral no es malo. Pero busco nuevas oportunidades profesionales para crecer”. O bien “creo que esta etapa se ha terminado. Busco otros retos”.

“Y por qué debería contratarte?” No te alargues demasiado en las explicaciones. Estaría bien haber investigado previamente a la compañía para la que aspiras a trabajar, de forma que sepas por qué esa empresa quiere contratar a alguien para ese puesto. Debes demostrar que eres la persona adecuada para cubrirlo, que eres el indicado para dar solución a sus “problemas”, y que sabes qué es lo que necesita la empresa. No peques de modestia, pero tampoco ofrezcas una imagen prepotente o arrogante.

“¿Qué buscas en nuestra empresa?” El entrevistador quiere saber cuál es tu escala de valores tanto personal como profesional. Vamos, si sólo te interesa el dinero, o tienes otras motivaciones. Lo que realmente se espera de ti en esta situación son respuestas del tipo “quiero mejorar profesionalmente”, o “aumentar mi valor como profesional”.

“¿Cuál dirías que es tu principal virtud?” Tienes que enumerar la que mejor se ajuste a las necesidades o la idiosincrasia de la empresa. No enumeres ninguna que no sea importante para el puesto al que aspiras. Y de nuevo: ni modesto ni arrogante.

“¿Y cuál es tu debilidad?” Es una pregunta que impone. Tranquilo. Procura elegir una que no sea una competencia clave para el trabajo. Y sea cual sea la que respondas, di que eres consciente de ella, pero que intentas mejorar en ese aspecto. Y no digas cosas como que eres muy perfeccionista. Puede que sea verdad, pero es lo que casi todo el mundo dice…

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