ciberbullying

El ‘ciberbullying’ es el acoso -intencional y repetido- que los menores sufren a través de algún medio telemático o digital, como los teléfonos móviles, las redes sociales, o incluso los videojuegos “online”.

Las consecuencias de este comportamiento pueden llegar a ser muy graves para el acosado. El daño de la autoestima y la dignidad personal es el más devastador, ya que le puede producir secuelas psicológicas importantes, además de una gran carga de estrés emocional e incluso de rechazo social.

Otra de las características del “ciberbullying” es que no hablamos de acciones accidentales, sino deliberadas. Y tampoco son aisladas, sino que se repiten en el tiempo. Y, por supuesto, se producen a través de medios digitales, lo que supone el principal rasgo distintivo respecto a su “hermano mayor”, el acoso escolar o “bullying”.

De todas formas, aproximadamente una tercera parte de los casos de “ciberbullying” vienen precedidos de un historial de acoso escolar “convencional”.

¿Cómo saber cuándo un menor está siendo objeto de ‘ciberbullying’?

El síntoma más evidente suele ser un brusco cambio de comportamiento. Muchas veces el menor se aísla, no quiere relacionarse con los demás. A veces también puede presentarse de manera desafiante ante los padres. Todo ello suele repercutir en el rendimiento escolar: ausencias repetidas a las clases, falta de atención, dificultad para concentrarse, etc. Además, es frecuente que el menor acosado cambie repentinamente de amistades o, peor aún, las pierda.

También se puede producir un cambio en el patrón de uso de las nuevas tecnologías, ya que se incrementa el tiempo que pasa con ellas, o por todo lo contrario, el cese de las actividades en internet. Al mismo tiempo, se suelen mostrar reacios a hablar sobre ello.

Hay una serie de pautas que los padres pueden seguir para que sus hijos tengan una relación más saludable con las nuevas tecnologías y poder prevenir (o detectar más fácilmente) el ciberacoso.

  • Ayudar al menor a interesarse por la tecnología de una manera constructiva. El diálogo es el mejor camino para guiarles por un mundo que están descubriendo. -Hacerse ‘amigo’ del hijo en las redes sociales es una buena manera de conocer los contenidos que publican, de manera que podemos conocer mejor sus comportamientos respecto a terceras personas.
  • Si los niños no disponen de un ordenador, smartphone o tablet propia, el que tengamos para uso conjunto deberíamos colocarlo en un lugar común de la casa, para que así no puedan ocultar determinados comportamientos a la hora de usar las nuevas tecnologías.
  • Se pueden utilizar herramientas de control parental para comprobar el historial de búsquedas, los registros de actividad, y bloquear el acceso a determinados contenidos.
  • Por último, una adecuada comunicación con los profesores ayudará a detectar conductas extrañas en el mejor.

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